Libertad para Arlan Fick

 

Al principio, la reacción de la sociedad fue tímida, y hasta hizo falta una suerte de sentimiento de vergüenza, frente a lo que parecía la indiferencia de algunos sectores, sobre todo ,de aquellos que se encontraban alejados del lugar de los hechos, y en especial en la Capital del país.-

 

Con el correr de los días, comenzaron a elevarse los reclamos por la liberación del joven, desde todos los sectores de la sociedad, mediante manifestaciones de todo tipo, incluyendo encuentros deportivos, redes sociales, eventos estudiantiles, actos religiosos, etc.-

 

Hoy, el pedido de libertad al joven secuestrado, retumba en todos los rincones patrios y se manifiesta de las formas más variadas. La sociedad reclama con energía el fin del cautiverio del secuestrado.-

 

 

El reclamo de libertad no tenía un destinatario específico, o por lo menos explícito, pero – desde luego – no es de presumir que los secuestradores sean receptivos o sensibles a los pedidos de la sociedad.-

 

Este tipo de gestos tienen dos propósitos, el primero evidenciar el sentimiento de solidaridad social con la víctima y su familia, y el segundo el reclamo a las autoridades para que externen recursos y pongan fin al cautiverio.-

 

Hasta allí, todo bien. Lo que resulta desconcertante es el hecho de que a las voces de reclamo se hayan sumado las autoridades nacionales.-

 

Pero, cuando el Presidente de la República, en el discurso pronunciado durante los festejos por el aniversario de su elección, dice: “Arlan Fick debe ser devuelto sano y salvo al seno de su familia. Arlan Fick que sabe de nuestras oraciones y solidaridad”, la situación se vuelve confusa y preocupante.-

 

Si, devolver es “Restituir algo a quien lo tenía antes” según el Diccionario de la Lengua Española, el mensaje del Jefe del Ejecutivo parece dirigido al grupo criminal que lo tiene secuestrado.-

 

Lo que – como sociedad – hubiéramos esperado, es que el mensaje sea otro, que no constituya un reclamo a los secuestradores, sino reclamo por resultados, dirigido a los órganos de seguridad del Estado, bajo su dependiencia..-

 

La confusión no se circunscribe al discurso del Presidente. Se extiende y profundiza en las declaraciones del Ministro del Interior, que cada vez que tiene un micrófono a mano formula declaraciones sobre el asunto, y en muchas oportunidades con desafortunadas expresiones, como cuando el 30 de abril pasado, en la ciudad de Yby Yaú habría dicho: son cosas que deben ocurrir para que entremos en situación y finalmente la sociedad repudie como corresponde a este grupo”.

 

El Sr. De Vargas está equivocado, estas cosas NO DEBEN OCURRIR, ni son necesarias para que “entremos en situación” (¿?), ni siquiera para que la sociedad repudie este tipo de hechos, o las acciones de este, o cualquier otro tipo de grupos criminales.-

 

El Fiscal General del Estado tampoco se sustrajo de esta particular forma de concebir el problema, y durante la inauguración de caseta y cámaras de seguridad en el barrio Valle Apu’a de Lambaré, dijo “Exigimos la libertad de Arlan, en primer lugar como ciudadano, como papá” y expresó su “solidaridad con los padres de Arlan y que nuestro pensamiento está con la posibilidad cierta de que Arlan definitivamente vuelva en libertad y pueda convivir con su familia”.-

 

Evidentemente, lad expresiones de solidaridad para con las víctimas de hechos criminales, y en particular, con la familia Flick, constituyen un gesto que merece ser valorado, pero no es una respuesta aceptable cuando proviene de las autoridades del Estado.-

 

Las autoridades no pueden “exigir” la liberación del secuestrado. Nosotros, la sociedad civil, si podemos reclamar al Estado “Libertad para Arlan Flick

 

jorge ruben vasconsellos