Carta abierta al Parlamento Nacional

 

Algunos sostienen que, históricamente, el parlamento, tuvo su origen en las reuniones del consejo del rey inglés a mediados del siglo XIII. “…Su antecesor más directo fue el consejo feudal del monarca, la curia regis, y antes de eso el witan owitenagemot anglosajón, que era un mecanismo desarrollado por los reyes medievales para ayudarles a gobernar y reflejaba la idea de que un rey debería consultar a sus súbditos…”. Entonces, no era una Institución, sino “un acontecimiento”.-

 

Otros afirman que “…su origen descansa en instituciones más antiguas que las inglesas, como por ejemplo, las que existieron en Atenas, Esparta, Grecia y Roma, entre otras, atribuyendo el nacimiento del parlamento a partir de instituciones como el Senado Ateniense (Consejo de Ancianos creada con la Constitución de Solón), los Éforos espartanos, el Senado Cartagines, o el Senado de los patricios en Roma…”.-

 

Cualquiera sea su origen histórico, lo determinante, es que durante la edad media se fue delineando su naturaleza, organización y funciones, para constituirse en lo que hoy es.-

 

Por un lado, órgano de gobierno, que ejerce Poder, junto con el Ejecutivo y el Judicial, y por otro lado, órgano de representación popular, que controla los actos de los demás poderes. La más genuina y directa representación popular.-

 

Permítaseme aquí una breve digresión. En el Paraguay, no es rara la oportunidad cuando a modo de expresar nuestra desaprobación o disconformidad con a la labor parlamentaria, o cuando menos, de algún o algunos parlamentarios,  decimos que tal Diputado o Senador no nos representa.-

 

Esta afirmación, además de, jurídicamente incorrecta, ya que el mandato de representación se lo otorgamos por vía electoral, también lo es políticamente, pues la representación parlamentaria no es individual, sino colectiva, el Senador o el Diputado, no me representan a mí, ni a mis intereses o aspiraciones, representan intereses sociales y aspiraciones colectivas. Y el Parlamento que tenemos, no escapa a ello.-

 

No pretendo, desarrollar un análisis de sociología política, o antropología cultural, porque ello excede el propósito y alcances de estas reflexiones, pero fundamentalmente, porque excede mis propias capacidades, pero sin ningún rigor científico, y solo basándome en la observación y reflexión, puedo afirmar – casi sin temor a equívocos – que el Parlamento que tenemos, es el reflejo exacto de la sociedad paraguaya. Es la fotografía de seis millones de habitantes, comprimida y reducida a los límites de ochenta Diputados y cuarenta y cinco Senadores, con los mismos vicios, carencias y debilidades; y las mismas virtudes, cualidades y fortalezas.-

 

Aquel Diputado o este Senador, no me representan a mí, son la representación de todos. Los buenos ciudadanos y los malos; los cultos y los ignorantes; los inteligentes y los negados;  los honestos y los deshonestos.-

 

Y si Ud. cree que no es así, dedíquese a observarse a si mismo, y a los demás. Pero si cree además que nos debemos un Parlamento como el Inglés, el Alemán, el Estadounidense, reconózcale el voto al pueblo inglés, alemán o estadounidense. Plantee la importación de grupos sociales con cultura y tradición distinta a la nuestra, otórguele su voto y su representación.-

 

Tal vez esté profundamente equivocado, me he planteado esa posibilidad, y no la desecho, pero cuando miro otros Parlamentos, veo representado en ellos a sus pueblos, al igual que en el nuestro.-

 

Una de las potencias mundiales emergentes, nuestro vecino, tal vez sin quererlo, me hace creer que estoy más cerca de del acierto que del error. El payaso Tiririca ha sido electo Diputado con casi un millón de votos.-

 

Pero Tiririca no representa individualmente a uno de los ciudadanos más ilustres de nuestro vecino país, Luiz Ignacio Lula Da Silva, lo representa a éste como un integrante más de la gran diversidad social, cultural y política de esa nación.-

 

Del mismo modo que el Brasil no puede ocultar, ni callar los miles de Tiririca que viven en su suelo. Nosotros – los paraguayos – no podemos hacerlo con los cientos o miles de conciudadanos iguales a este Diputado o aquel Senador.-

 

Ellos nos representan como sociedad y ello es democráticamente aceptable.-

 

Lo inaceptable es que nuestros parlamentarios se olviden del otro aspecto de la representación que ejercen. Aquel que les obliga a constituirse en nuestros mandantes para defender nuestros derechos. Esos derechos que los Constituyentes se limitaron a reconocerlos y garantizarlos en la Ley Fundamental de la Nación.-

 

Días atrás, he leído en la página web de un Diputado de la Nación (http://www.oscartuma.info/?p=1145) un proyecto de ley, que – supongo – hará de ser objeto y materia de debate parlamentario, y hasta posiblemente, de aprobación.-

 

El proyecto en cuestión plantea establecer “…normas de procedimientos para el control de alcoholemia a conductores de todo tipo de vehículos y motocicletas…”, lo cual resulta indudablemente saludable, conveniente y necesario.-

 

Pero en el desarrollo del proyecto, nos encontramos con algunas cuestiones que no son menores. Afectarán indudablemente nuestros Derechos y Garantías Constitucionales, nuestros derechos individuales, nuestros derechos ciudadanos, o como lo denominan los estadounidenses, nuestros derechos civiles.-

 

Dice el proyecto en cuestión: “…Facúltese a la Policía Caminera y a la Policía Nacional, bajo el control del Ministerio Publico a realizar a los conductores de cualquier clase de vehículos o motocicletas la prueba de alcotest, para así determinar el grado que el conductor posea en la sangre…”.-

 

A partir de la eventual aprobación del proyecto, se legalizarán las barreras policiales, aunque seguirán siendo inconstitucionales.-

 

En efecto, a la fecha, ninguna disposición Constitucional, Legal o Municipal, autoriza los aparatosos procedimientos policiales (policía nacional, caminera o municipal), que realizan “controles” ruteros o callejeros. Y sin embargo se realizan.-

 

Como si el Art. 12 ([1]) de la Constitución Nacional estuviera nada más que de adorno, actualmente, y si se aprueba esta normativa, con mayor razón en el futuro “…la Policía Caminera y a la Policía Nacional, bajo el control del Ministerio Publico…”, podrán detenerlo so pretexto de que debe ser sometido a la prueba de alcotest.-

 

Si no se somete voluntariamente, el Fiscal que “controlará” el acto, lo amenazará (como lo hace hoy día), le dirá que no puede seguir, le restringirá su libertad de locomoción o movimiento, y no faltará (han ocurrido casos) en que lo imputen por resistencia.-

 

La misma Constitución Nacional que nos reconoce la presunción (el estado) de inocencia ([2]) perderá valor, y su derecho a rehusarse a declarar contra sí mismo o a proporcionar pruebas en su contra ([3]), quedará nada más que como letra muerta. Su derecho al libre tránsito ([4]) correrá igual suerte.-

 

Las barreras policiales, no hacen otra cosa que tratarnos a todos como delincuentes, obligados a demostrar nuestra inocencia, como en la más obscura noche de la historia de la humanidad, y lo peor de todo, con el beneplácito de determinados grupos sociales, que utilizan datos estadísticos para justificar la medida.-

 

Tales estadísticas, carecen de seriedad y solo se apoyan en el “impacto social” que producen los accidentes protagonizados por conductores alcoholizados, y lo peor de todo, es que frente a esas estadísticas, podemos presentar otras, que se traducen en el fracaso absoluto del procedimiento.-

 

Sabe Ud. cuantos conductores ebrios han sido condenados a penas carcelarias?

 

De los miles de positivos registrados en los controles de alcotest, qué porcentaje de conductores ebrios enfrentaron procesos penales?

 

Cuantos conductores bajo los efectos de drogas alucinantes, medicamentos lícitos o ilícitos sortearon exitosamente las barreras por el solo hecho de que no habían consumido alcohol?

 

Cuantos conductores con evidencias de agotamiento físico sortearon exitosamente las barreras por el solo hecho de que no habían consumido alcohol?

 

No tengo respuesta para estas interrogantes, y posiblemente Ud. tampoco, pues la crónica no se encarga de ellas.-

 

A partir de esto, todas las estadísticas serán imprecisas, mentirosas. No nos permitirán establecer comparaciones sobre las causas reales de los accidentes viales.-

 

Sabe Ud., Sr. Diputado, cuantos vehículos circulan por el país, sin cumplir con las más mínimas medidas de seguridad para sus conductores y terceros?

 

Sabe acaso cuantos automóviles y motocicletas transitan nuestras calles y rutas sin siquiera las luces reglamentarias o excediendo los límites de las capacidades de tales vehículos?

 

No lo sabe, y aunque requiera informes, no lo sabrá, porque la Policía Nacional, la Policía Caminera y la Policía Municipal, al igual que Ud., nada hacen al respecto.-

 

Señor Diputado: A usted, a quien la ciudadanía a la que pertenezco ha votado y elegido, le ruego no se olvide que su función no es solo “co-gobernar” con los demás Poderes del Estado. Es también representar a la sociedad en la defensa de sus derechos, por lo menos, en los más básicos y elementales, como los señalados antes de ahora (libertad individual, presunción de inocencia, no ser obligado a declarar contra sí mismo, libertad de tránsito).-

 

No colabore con la promoción y difusión de la cuenta @INFOBARRERAS habilitada en la red social Twitter.-

 

No nos someta a vivir bajo una suerte de “Estado de Sitio”, ni consagre como regla la “inversión de la carga de la prueba”.-

 

Legisle para que la Policía Nacional, la Policía Caminera y la Policía Municipal hagan bien su trabajo, para que nos proteja y no para que viole nuestros derechos ciudadanos. Para que nos detengan cuando tengan “motivos”, por conducir temerariamente, por no llevar luces reglamentarias, por no respetar las leyendas de pare, por cruzar la luz roja del semáforo, por excedernos en los límites de velocidad, y por muchos otros motivos “razonables”, y que, sólo en tales casos nos veamos obligados a someternos al alcotest.-

 

Eso sería lo correcto, lo jurídicamente viable y democrático. De lo contrario, Ud. no representará nuestro derecho, sino por el contrario, representará nuestro retroceso. El triunfo del Estado Policiaco, sobre el Estado Democrático, y eso sería moral, jurídica y valorativamente inaceptable, para nuestros intereses sociales y aspiraciones colectivas.-

 

Atentamente,

 

jorge ruben vasconsellos

abogado

 

 



[1] Artículo 12 - DE LA DETENCIÓN Y DEL ARRESTO

 

Nadie será detenido ni arrestado sin orden escrita de autoridad competente, salvo caso de ser sorprendido en flagrante comisión de delito que mereciese pena corporal…”.

 

[2] Artículo 17 - DE LOS DERECHOS PROCESALES

 

En el proceso penal, o en cualquier otro del cual pudiera derivarse pena o sanción, toda persona tiene derecho a:

 

1)        que sea presumida su inocencia;…”

 

[3] Artículo 18 - DE LAS RESTRICCIONES DE LA DECLARACIÓN

 

Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo, contra su cónyuge o contra la persona con quien está unida ni contra sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad inclusive.

 

Los actos ilícitos o la deshonra de los imputados no afectan a sus parientes o allegados.

 

[4]  Artículo 41 - DEL DERECHO AL TRANSITO Y A LA RESIDENCIA

 

Todo paraguayo tienen derecho a residir en su Patria. Los habitantes pueden transitar libremente por el territorio nacional, cambiar de domicilio o de residencia, ausentarse de la República o volver a ella y, de acuerdo con la ley, incorporar sus bienes al país o sacarlos de él. Las migraciones serán reglamentadas por la ley, con observancia de estos derechos…”