La condena del ex Fiscal Gamba: apenas un paso

 

La condena a cuatro años de cárcel por cohecho pasivo agravado (vulgo coima) del ex Fiscal Penal de Delitos Económicos Gustavo Mesias Gamba Paredes, luego de varios años de las más absurdas chicanas (que pusieron en riesgo la conclusión satisfactoria del proceso) ha acreditado algo que es sabido por todos, denunciado por pocos y silenciado por muchos: La tremenda podredumbre moral de un sistema corrupto, permeado por grupos mafiosos, por personas de increíble pequeñez, ambición descontrolada, y sin ningún escrúpulo, ni vergüenza.-

 

La condena de Gamba, pone al desnudo, el modo en que Agentes Fiscales, hacen uso y abuso del poder que la ley les otorga, con el propósito de obtener lucro y privilegios ilegales, sin que Juez alguno se tome la molestia de poner límites a sus fechorías. Antes bien, en la mayoría de los casos, como cómplices complacientes, convalidan y legitiman sus abusos y arbitrariedades.-

 

Gamba es nada más que la punta de un iceberg de proporciones inimaginables, que – por extrañas coincidencias – es condenado por corrupto unos días antes de que se haga pública la grabación de una conversación que confirma la vigencia de un sistema generalizado de corrupción al interior del Ministerio Público.-

 

Otro ex Fiscal, hoy Senador de la Nación, es también protagonista de una obscura historia, que se inicia cuando – hace cerca de seis meses – junto con otras autoridades se entrevistó con un condenado por narcotráfico, cuyo contenido y desarrollo grabó clandestinamente,-

 

Arnaldo Giuzzio, ex Fiscal y actual Senador, conservó la grabación, no la puso a disposición de las autoridades competentes para la investigación de los hechos revelados por el condenado, ni siquiera puso a conocimiento de estas los datos recogidos en esta oportunidad.-

 

Entrevistado sobre el tema, cayó en gruesas contradicciones e incongruencias, y gran parte de lo que había reconocido ante la periodista Mina Feliciangeli, al día siguiente negó ante Benjamín Livieres; y molesto por las dudas generadas por su prologado silencio sobre el tema, que fueran expuestas en la edición del viernes 5, por este mismo periódico, intentó zafar de tan incómoda situación afirmando que había pasado los “datos” a un alto Agente Policial, que le había sido recomendado, para que verifique la información.-

 

Por fortuna, Giuzzio dijo lo que dijo por un medio de prensa radial, y no en una conversación privada o ante un círculo reducido de personas, y la grabación de la entrevista no es clandestina, se encuentra en los archivos de Radio 1000, porque de lo contrario, podría decir – como muchos – que no dijo lo que dijo.-

 

Que el ex Fiscal haya proporcionado los datos de la conversación a un “alto Agente Policial” para verificar la información, es una excusa insustentable, para intentar justificar que no haya puesto a disposición del Ministerio Público, la grabación, los datos y toda la información vinculada al tema, porque el mismo, sabe bien, que a la Policía Nacional corresponde investigar delitos “….bajo dirección judicial…” (Art. 175 de la Constitución Nacional).-

 

La conducta del ex Fiscal, carece de justificación, sobre todo, cuando la grabación de su autoría (que tan celosamente guardaba) cobró estado público, pues lo único que refleja es la confirmación de la existencia de un perverso sistema de corrupción que tiene a varios miembros del Ministerio Público como protagonistas.-

 

El silencio de Giuzzio, pareciera destinado al encubrimiento de una realidad, que como se expresara antes, es sabida por todos, denunciada por pocos y silenciada por muchos.-

 

La realidad de un sistema judicial en el que Agentes del Ministerio Público utilizan el poder de la ley, para extorsionar y chantajear, tanto a ciudadanos comunes como a delincuentes, a todos por igual, para someter a los primeros a sus propósitos y caprichos, o brindar protección, seguridad e impunidad a los segundos.-

 

Lo que – para mí - resulta inexplicable, es que frente a esta realidad, que la vivimos y arrastramos desde hace cerca de quince años, sigamos votando y promoviendo a ex Fiscales a cargos encumbrados de la Administración del Estado. Que sigamos eligiendo a burócratas contaminados por la corrupción y la deshonestidad para que ejerzan nuestra “representación”. Que no entendamos aún, luego de más de veinte y cinco años, que cuando votamos a un Parlamentario, Concejal o Intendente, debemos elegir a alguien que defienda nuestros derechos, nos proteja y se encuentre a nuestro servicio, y no a alguien que se aprovechará del cargo para acumular privilegios y dinero, a cualquier precio, inclusive, a costa de nuestra libertad, nuestra dignidad, nuestro patrimonio.-

 

En los dos extremos de estas reflexiones se encuentran ex Fiscales, uno condenado por corrupto, el otro cuestionado por silenciar una extensa red de corrupción, y en medio, nosotros, que como sociedad, albergamos la esperanza de que la condena a Gamba sea nada más que apenas un paso, en el largo camino que resta para lograr el saneamiento moral del sistema judicial y político de nuestro país.-

 

Jorge Rubén Vasconsellos