El caso de Jorge Enrique Patiño Palacios y el Estado Paraguayo

 

Hace poco más de diez y ocho años, se registraba en Asunción el fallecimiento de un ciudadano Paraguayo, Jorge Enrique Patiño Palacios, como consecuencia del disparo de un arma de fuego.-

 

A raíz del suceso, tanto la Policía Nacional, como el Poder Judicial, iniciaron los trámites con el alegado propósito de investigar el hecho, someter a quien resulte responsable a proceso penal, y aplicar los castigos que pudieran corresponder.-

 

Las investigaciones de la Policía, estuvo plagada de llamativas irregularidades, y el proceso judicial, posterior no estuvo exento de ellas. Los principales sospechosos eran, personas de influyente posición política y social, y los resultados, tanto de las investigaciones, como del juicio, no aportaron conclusiones válidas.-

 

En Primera Instancia, se invocó la duda en la autoría del hecho, para absolver al procesado, y en Segunda, la sentencia llegó al extremo de alegar dudas respecto a los hechos mismos.-

 

Es decir, primero, el Juez de la causa sostuvo que efectivamente Jorge Patiño había sido asesinado, pero, que no se pudo determinar al responsable del hecho.-

 

Posteriormente, el Tribunal de Apelaciones puso en dudas que el hecho se hubiere tratado de un asesinato.-

 

Frente a estas decisiones, no puedo señalar cual es la de mayor gravedad: Si aquella que reconoció la existencia del delito, pero admitía que una vez más se consagraría en el Paraguay la impunidad, o ésta última, que pretendía agraviar la memoria de la víctima, insinuando que el hecho se trató de un inmotivado suicidio, a pesar de que esta tesis se había pretendido introducir en Primera Instancia, y fue desechada como consecuencia de numerosas pruebas que contradecían y descartaban la infamia.-

 

Cuando, posteriormente, la familia de la víctima recurrió a “la más alta Instancia Judicial de la República”, la Corte Suprema de Justicia, esta le dio las espaldas y con argumentos de “clisé”, invocando cuestiones formales, cerraron las puertas al esclarecimiento del hecho y el castigo de sus responsables.-

 

El caso fue sometido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y luego de un largo trajinar, obligados por la necedad y de los representantes y funcionarios paraguayos, quienes defendieron y justificaron tenazmente las irregularidades (y arbitrariedades) que se cometieron desde el inicio de la investigación policial, y el principio de la actuación judicial.-

 

El temor de quienes cumplieron tan deleznable labor, era que los órganos supranacionales de protección de Derechos Humanos impusieran al Paraguay condenas económicas. No preocupaba, en absoluto la declaración de responsabilidad internacional del Estado. Total, el Estado no tiene rostro, y ellos lo tienen de piedra.-

 

Casi dos décadas después del horrendo crimen, y merced a que los padres de la víctima dejaron en claro que no deseaban un solo centavo de indemnización, los funcionarios del Estado firmaron y sellaron un Acuerdo de Reconocimiento de Responsabilidad Internacional.-

 

El Estado Paraguayo reconoció su Responsabilidad Internacional por la violación de la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica.-

 

El texto del documento suscripto por las autoridades nacionales, dice:

 

El Estado paraguayo reconoce su responsabilidad internacional en el caso 12.374, "Jorge Enrique Patino. Palacios", que se refiere a la muerte del joven Jorge Enrique Patino Palacios, el 24 de octubre de 1994- por la violación al debido proceso y a las términos expresamente previstos en el Código de Procedimiento Penal de la República del Paraguay, y la renuencia a juzgar que se advierte en las sucesivas excusaciones no expresamente previstas en la ley procesal, registradas en todas las Instancias de la Administración de Justicia, afectando el establecimiento de las correspondientes responsabilidades por los hechos acreditados en el expediente judicial correspondiente y violando el cumplimiento de instrumentos normativos internacionales a cuyo respeto se comprometió el Estado Paraguayo.

 

Pero, hasta ahora, solo el Estado ha asumido responsabilidades, muchos de los funcionarios del Estado que con sus actos e inconductas contribuyeron a provocar y consagrar los hechos que se tradujeron en la violación de las garantías del Debido Proceso y la Tutela Judicial efectiva, siguen en sus cargos. Algunos en el más alto Tribunal de la República.-

 

Falta aún que estos funcionarios del Estado, asuman su cuota de responsabilidad. Que acopien algo de vergüenza, si les queda aún, y reconozcan que ellos han tenido participación importante en las irregularidades judiciales registradas.-

 

El Estado, no obra por sí, sino a través de sus representantes, y resulta insustentable pretender que detrás de ese Estado violador de Derechos Humanos, no hay funcionarios que hicieron posible tal situación.-

 

Los padres de Jorge Enrique Palacios Patiño han demostrado una fortaleza moral y una voluntad increíbles durante diez y ocho años y lograron limpiar la memoria de su hijo, pero la suciedad quedó, como condecoración en los pechos de muchos funcionarios y Magistrados.-

 

Ellos podrán decir, ahora, frente a la tumba de su hijo: “Paz en tu tumba”, pero nosotros, la sociedad toda, debemos tomarnos el trabajo de reclamar que la Responsabilidad por los hechos ocurridos no queden en el reconocimiento del Estado. Que se trasmita a los verdaderos responsables, como una suerte de póliza, para que – en el futuro – otras familias paraguayas, no se vean obligadas a pasar por el mismo sufrimiento.-

 

jorge ruben vasconsellos

abogado