Ni reforma, ni renovación: Cambio de sistema

 

Para arribar a la conclusión de que el sistema de justicia en el Paraguay está signado por la ineficacia, la ineficiencia y la corrupción, no se requiere de estudios diagnósticos, está a la vista. En este caso, resulta aplicable aquel pasaje Bíblico que afirma “…por los frutos los conoceréis…” (Mateo 7.16:).-

 

Los frutos que produce el Poder Judicial Paraguayo son de la peor calidad, inclusive, en muchos casos intoxican a la sociedad, generando las más diversas reacciones de rechazo y repudio.-

 

Todos sabemos que nuestro sistema judicial está definitivamente agotado, pero sabemos también que el problema no se reduce a ello, no es solo cuestión de “sistema”. La calidad de los Jueces, la baja preparación académica e intelectual de éstos, sumado a una profunda depresión de valores éticos y sociales, agrava considerablemente el panorama.-

 

La situación que describimos no se ha generado espontáneamente, sino consecuencia de un largo proceso. Es inclusive anterior a la reforma total de la Constitución Nacional registrada en el año 1992, pues en el Paraguay no hemos podido instalar, desde su independencia un verdadero sistema republicano, limitándonos a ensayar copias deficientes o modelos que ni tan siquiera los comprendíamos adecuadamente.-

 

Hoy, desde distintos sectores políticos se alzan voces que reclaman la “restructuración” del Poder Judicial, desde una reforma Constitucional, y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, hace algunos días se sumó, manifestando su adhesión a esa “iniciativa”.-

 

Pero, no debemos perder de vista sus motivaciones. Los políticos han fracasado en su intento de remover a siete de los nueve Ministros de la Corte hace poco tiempo, y no cejan en su empeño, y en esta oportunidad, con un nuevo discurso, pretenden disfrazar sus verdaderos propósitos.-

 

En el caso de Víctor Manuel Núñez Rodríguez, la cosa no varía mucho, la admisión pública de las deficiencias de nuestra administración de justicia, no tiene otro propósito que “acompañar los reclamos de cambio”.-

 

La verdad es una, incontestable e incontrovertible, el cambio es necesario e impostergable, pero de ninguna manera podemos limitarnos a enunciar la necesidad de cambio, debemos exigir la instalación un amplio y profundo debate social destinado a evitar que cualquier reforma se limite a un mero maquillaje.-

 

Ni los políticos, ni el Presidente de la Corte, intentan siquiera esbozar ante la sociedad cual es el proyecto de “restructuración” o “renovación” que reclaman.-

 

Restructurar es “…Modificar la estructura de una… organización…”, y renovación se define como “…Hacer como de nuevo algo, o volverlo a su primer estado…”, o “...Sustituir una cosa vieja, o que ya ha servido, por otra nueva de la misma clase…” (Diccionario de la Real Academia Española).-

 

En otros términos, lo que se pretende es precisamente lo que no necesitamos, el maquillaje de un sistema que ha servido nada más que a los intereses políticos y económicos de turno, en abierta contradicción con los postulados consagrados en el Preámbulo de la Constitucional, que proclama el propósito de “…de asegurar… la justicia, reafirmando los principios de la democracia republicana, representativa, participativa y pluralista…”

 

Si, por el contrario, el propósito es un cambio de sistema, el mismo debe inspirarse y ampararse en estos postulados Constitucionales. Para el efecto, debemos comenzar el verdadero debate, que nos permita diseñar un sistema que abandone definitivamente el modelo Monárquico de carácter Medieval, de una Administración de Justicia organizada como instrumento de control político ejercido desde el Estado.-

 

Se requiere que, como consecuencia de la reafirmación Constitucional del carácter Republicano del Estado Paraguayo, se reconozca en la soberanía de la sociedad, y el derecho de ésta a “participar” en el sistema de administración de justicia, mediante la intervención de sus “representantes”, en la adopción de las decisiones judiciales.-

 

Alguna vez he señalado que el sistema de Juicios por Jurado era la formula adecuada para arrebatar a los Jueces el “…poder del que es tan fácil abusar…” (Jeremias Bentham; Tratado de las Pruebas Judiciales; pág. 131), hoy me veo en la necesidad de reiterarlo, pues los acontecimientos políticos que vivimos, nos obligan a tomar posiciones.-

 

La discusión sobre las cualidades académicas, morales e intelectuales de los jueces no puede – ni debe – ser el eje del debate, porque ese es un debate posterior, secundario y hasta irrelevante, ya estos florecerán como consecuencia de un sistema adecuado, sometido al control social, como corresponde en toda República que se precie de tal, y del mismo modo, los factores políticos y económicos de poder, perderán la posibilidad de coaccionarlos y utilizarlos para lograr sus designios, cuando el verdadero “poder decir el derecho” se traslade a la sociedad en conjunto.-

 

Únicamente encarando un debate encaminado a la búsqueda de un Poder Judicial republicano, en el marco de un sistema democrático, representativo y participativo, vamos a tener alguna esperanza de que una eventual convocatoria a Convención Nacional para modificar la Constitución no servirá nada más que pasarle un barniz a una vieja, ineficiente y corrupta estructura, o para algo peor, haciendo lo mismo que el personaje de la mitología griega (Prometeo) quien decidió robar el fuego del Sol a los dioses y entregárselo a los hombres para que pudieran comer y realizar otras tareas. Zeus se enfureció y ordenó la creación de una mujer que fue llenada de virtudes por diferentes dioses, que fue llamada Pandora. Epimeteo (hermano de Prometeo) tenía en su casa una habitación donde guardaba algunos objetos que no había alcanzado a repartir por la Tierra. Entre ellos un baúl. Poco a poco fue creciendo en Pandora una gran curiosidad por conocer el contenido de dicha caja; finalmente, un día quebró el sello y abrió la tapa para mirar dentro. Pero en ese mismo momento escaparon de la caja una multitud de plagas para atormentar a los hombres, como la gota, el reumatismo y los cólicos para el cuerpo, y la envidia, la ira y la venganza para el alma, y estos males se repartieron por todas partes. Hasta entonces, la humanidad había vivido una vida totalmente armoniosa en el mundo. Pandora cerró el ánfora justo antes de que la Esperanza también saliera.-

 

Esta historia de la mitología griega, ya la he reseñado también en otra oportunidad, con el mismo propósito, y como no ha perdido vigencia, creo conveniente reiterar que convocar la a Asamblea Nacional Constituyente, sin hacer públicos los proyectos, someterlos al debate, asumir compromisos de respeto a normas mínimas de convivencia, nos hará correr la misma suerte que Pandora, quien al abrir la caja sin conocer su contenido, dejó salir las plagas y mantuvo encajonada la esperanza.-

 

Ni reforma, ni renovación de la Administración de Justicia, necesitamos un cambio, y ese cambio pasa por un nuevo sistema, que puede tener sus objeciones, pero jamás podrán resultar comparables con las que pesan sobre el actual.-

 

jorge ruben vasconsellos

abogado