#UNAnotecalles

 

Los jóvenes estudiantes están escribiendo un nuevo capítulo de historia, y tal vez, tenga una trascendencia que aún no podamos dimensionar adecuadamente.-

 

Lo que comenzó como una protesta contra el Rector de la Universidad Nacional de Asunción, protagonizada por un puñado de alumnos, fue ganando espacios y adhesiones en la sociedad, hasta conseguir un consenso generalizado: Froilán Enrique Peralta debía renunciar.-

 

No era suficiente un pedido de permiso temporal, mientras se desarrollen las investigaciones y juzgamiento al interior de la misma Universidad. El juzgamiento formal (o legal), ya no bastaba, el juicio moral lo había reemplazado y la sentencia estaba dictada.-

 

Todo el tiempo que demoró Peralta en tomar la decisión adecuada, renunciar e irse, solo sirvió para que la lucha estudiantil ganara más fuerza y espacio, lo que finalmente provocó una importante presión ciudadana sobre los distintos organismos del Estado, que hasta ese entonces se habían limitado a actuar de meros espectadores, o realizar tímidas intervenciones, como en el caso del Ministerio Público.-

 

La demora de Peralta – aparentemente – tenía un propósito, conforme se pudo constatar posteriormente: hacer desaparecer la mayor parte de la documentación que podría incriminarlo, pero, nuevamente los jóvenes estudiantes se interpusieron en su camino, haciendo conocer a la sociedad estos hechos.-

 

Hoy, ninguna duda cabe. Si los estudiantes no se hubieran declarado en vigilia permanente, muchos de los documentos que podrían comprometer la responsabilidad penal del ex Rector, se habrían perdido definitivamente, y peor aún, se hubiera podido atribuir la responsabilidad de su desaparición a los mismos estudiantes.-

 

Sin embargo, guiados por sus propias convicciones e ideales, los estudiantes se encargaron de custodiar el patrimonio documental de la Universidad, y exigir a los órganos de seguridad del Estado la adopción de las medidas necesarias para constatar, investigar y castigar estos hechos.-

 

El Ministerio Público fue obligado a abandonar esa modorra claramente negligente y casi cómplice personificada en la conducta de la Fiscal Blanca Aquino, y el viernes al medio día, anunciaron la imputación y captura de Peralta, quien, ante ello, presenta renuncia, y se da por detenido.-

 

Los alumnos festejaron el hecho, pero no bajaron la guardia anunciando que la vigilia proseguiría hasta la celebración de la Asamblea Universitaria, prevista para el 29 de setiembre próximo, lo que les permitió detectar nuevos episodios de destrucción de documentos, que ocurrieran en otras dependencias académicas de la misma Universidad.-

 

Todos estos hechos evidencian que las irregularices no se reducían a un  manejo discrecional del Rectorado, sino, por el contrario, afectaba a diversas Facultades que forman parte de la misma Institución, las cuales, ante la inminencia del inicio de la intervención dispuesta por el Consejo Nacional de Educación Superior, que se hará efectiva a partir del 1 de octubre próximo, procuran hacer desaparecer evidencias que testifican las inconductas de sus administradores.-

 

Aparentemente la situación se orienta hacia la normalización de la vida universitaria. El problema académico quedará en manos de la intervención y el jurídico, en manos del Ministerio Público y el Poder Judicial.-

 

Sin embargo, lejos de concluir, la lucha iniciada por los estudiantes tiene un largo camino aún por recorrer, en ambos sentidos, pues, si la satisfacción producida por la renuncia y encarcelamiento preventivo de Peralta fuera suficiente, muy poco es lo que se podrá mejorar mediante la intervención de la Universidad.-

 

Los estudiantes deben continuar con la lucha, denunciando las irregularidades, ilegalidades e inmoralidades que se han venido perpetrando en el ámbito universitario, exigiendo a la Intervención las correcciones, y las denuncias necesarias, no solo para superar las viejas prácticas, sino para someter a sus responsables a los rigores de la ley.-

 

De la misma forma, habrán de controlar que el Ministerio Público y el Poder Judicial cumplan adecuada y acabadamente con la labor que les corresponde, porque de nada habrá servido asumir riesgos y desplegar tanto sacrificio, si posteriormente los procesos judiciales quedan en el olvido y concluyen con la impunidad de los responsables.-

 

Debemos ser claros, si pretendemos la moralización del sistema educativo, y de la sociedad, necesitaremos del arrojo, la valentía y la decisión de nuestros estudiantes. Necesitaremos que la llama encendida por los jóvenes no se debilite y, mucho menos, apague Hasta que la labor haya concluido, necesitamos que desde todos los rincones del país siga vigente y con fuerza la proclama: “#UNAnotecalles”

 

Jorge Rubén Vasconsellos