El contrabando y la telaraña

 

Cuando se publique este artículo, habrán pasado dos semanas del hallazgo e incautación del más grande cargamento de azúcar (presuntamente) ingresado de contrabando a nuestro país.-

 

El hecho, que inicialmente concitara la atención de la prensa y la sociedad, va camino al olvido. Cada vez es menor el espacio que se dedica al tema, que parece haber ingresado a un periodo de letargo y silencio desde el momento en que el Ministerio Público se hizo cargo de las investigaciones.-

 

Cuando la Fiscal Carmen Gubetich de Cattoni recibió la denuncia presentada por el Ministerio de Industria y Comercio, dijimos que no albergábamos esperanzas de que el Ministerio Público demuestre eficiencia, y los acontecimientos posteriores se encargaron de confirmar mis temores.-

 

La Fiscalía no puso en marcha una eficiente y eficaz de investigación para determinar la existencia de los delitos derivados del presunto ingreso ilegal de 160 toneladas de azúcar, y de los demás delitos conexos que se habrían cometido en la cadena de su comercialización.-

 

La introducción al país de volúmenes importantes de productos en violación a las leyes aduaneras, para su venta al público, exige el blanqueo del dinero aplicado a la compra en el extranjero, la falsificación de documentos sobre su origen, y la evasión impositiva, sin incluir el hecho punible de reducción (en grado de tentativa) y la asociación criminal.-

 

Con mucho menos recursos legales y un espectro más reducido de funciones, la Dirección Nacional de Aduanas ha iniciado una investigación que incluye a diez empresas que podrían tener alguna vinculación con el mismo hecho, mientras el Ministerio Público no da señales de avance en sus investigaciones.-

 

La Fiscal Gubetich de Cattoni, no puso en marcha la labor de investigación. Puso en funcionamiento una formidable burocracia, según ella misma confirmó en una entrevista radial, solicitando “informes” sobre directores y accionistas de las empresas distribuidoras y la “compradora” en la que se encontraron las 160 toneladas de azúcar.-

 

No solicitó, ni realizó el allanamiento de ninguna empresa u oficina vinculada al hecho, con el propósito de buscar y secuestrar documentos. Ni dispuso la detención de nadie, siquiera de los responsables de A.J. s.a.. No dispuso la auditoría de los centros de distribución a los que estaban destinados el producto. Tampoco requirió de algún Juez la orden necesaria para efectuar los análisis laboratoriales que permitan confirmar o desechar los indicios que surgen del informe elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología y Normalización.-

 

El tratamiento diferenciado que el Ministerio Público ha otorgado a este tema, se hace notorio cuando leemos en la prensa la “incautación” de medicamentos presumiblemente falsificados en Filadelfia (Chaco), y la detención de un ciudadano Boliviano, el 20 de marzo, pasado.-

 

Este tratamiento diferenciado evidencia cuanta verdad encierra aquello que, en la obra de José Hernandez, decía “El Moreno” a Martín Fierro cuando le preguntaba ¿que entendés por la ley? y aquel respondía: “…La ley es tela de araña, en mi inorancia lo esplico: no la tema el hombre rico, nunca la tema el que mande, pues la ruempe el vicho grande y solo enrieda á los chicos…”.-

 

jorge ruben vasconsellos