Yo voto por el NO en el referéndum


Afortunadamente los conocemos a todos, y desde hace mucho tiempo. Afortunadamente nunca los consideramos paradigmas de decencia, honestidad, ni patriotismo.

 

Nosotros, nuestros hijos y nietos, no los hemos tomado – jamás – como referentes de lo correcto, pues sabíamos quienes eran, de donde venían, y como llegaron.-

 

Los conocemos como lo que son: taimados, moral y materialmente corruptos, carentes de valores; sin formación cívica. Siquiera conscientes del rol que les corresponde cumplir frente a sus electores de hoy, y a la sociedad del futuro.-

 

Pero, lamentablemente esos inconscientes y amorales, que accedieron a bancas parlamentarias engañando a los votantes, disfrazando sus verdaderos propósitos, sus apetencias personales, sus intereses crematísticos, desde sus posiciones de privilegio, transmiten a la sociedad el mensaje de que “vale todo”, de que “no importan los medios, sino los fines”.-

 

Lamentablemente, nuestros “representantes” sientan nefastos “precedentes” que  se traducen en un “no me importa la Constitución”. Si se oponen a mis objetivos, por inmoral, ilícito o inconstitucional que sea, no importa, primero la debilito, luego la violo, y finalmente la modifico, a mi gusto y conveniencia.-

 

Porque, esa es la fotografía de la historia reciente. Es la descripción de lo que hemos vivido desde hace un par de meses.-

 

Nuestros parlamentarios nos enseñaron que la Constitución no sirve, ni importa, cuando se opone a nuestrso intereses sectarios, por más bastardos que sean.-

 

Nos enseñaron que en una reunión informal, sin convocatoria previa, sin respetar las reglas Constitucionales, ni las reglamentarias, pueden hacer lo que les plazca. Total, para ello “son mayoría”.-

 

Pero, para que no quepa dudas, el primer objetivo a destruir, son las normas reglamentarias que protegen la voluntad de las minorías, y posteriormente, consolidada la primera parte del atropello, van por más. Se reúnen del mismo modo, y repiten la parodia, proclamando la aprobación de la enmienda constitucional.- 

 

La “jurisprudencia” (¿?) de estos barbaros soberbios habrá de servir a otros de igual estatura para reunir mayorías en partidos políticos, sindicatos, organizaciones intermedias, Cooperativas, etc., y sin respetar sus Estatutos o sus Reglamentos, se dediquen a “aprobar” modificaciones o enmiendas, al margen y en contra de las normas que rigen su funcionamiento, reproduciendo el caos jurídico y la ruptura institucional. Después de todo, si el “Honorable Senado de la Nación” lo hizo … por que no nosotros???

 

Es por ello que debemos entender que cuando la sociedad reacciona y protesta, no lo hace porque no esté de acuerdo con la reelección, sino contra las (malas) formas adoptadas, contra los ilegales procedimientos que se siguieron.-

 

Para mi absoluto disgusto, gran parte de la sociedad simpatiza con la reelección, pero está en desacuerdo absoluto con que dicha medida sea adoptada en beneficio de una o dos personas. Está en absoluto desacuerdo con el atropello y la soberbia.-

 

Los protagonistas principales de este negro capítulo de nuestra historia, evidentemente no ven más allá de sus narices, su miopía política y su ceguera irracional, no han llegado a comprender que, con sus actos, con sus desmanes, han propiciado la luctuosa jornada del viernes 31 de marzo pasado, que arrojó como saldo el cobarde, inexplicable e injustificable asesinato de Rodrigo Quintana y un número no cuantificado de heridos.-

 

La quema de las instalaciones del Senado, es igualmente irracional e ilícita, pero, no tengo dudas que la quema de las Instituciones Republicanas es mucho más grave, y hasta quizás irreversible, porque, como dijera uno de mis hijos de tan solo catorce años: “…No chillen por el Congreso quemado. Los congresistas pueden reunirse bajo un árbol, como muchos estudiantes paraguayos…”. Penosamente, tiene razón.-

 

El panorama es desalentador, pero las últimas acciones protagonizadas por veinte y cinco Senadores, y las autoridades del Poder Ejecutivo, han tenido la virtud de despertar a muchos, y empujarlos al asumir el liderazgo de una campaña que se presenta desafiante, pero que está prendiendo con fuerza en la sociedad: YO VOTO POR EL NO EN EL REFERENDUM.-

 

Jorge Rubén Vasconsellos