El Poder Judicial y el Ministerio Público tienen la palabra

 

El sábado pasado, el Presidente de la República pronunció un discurso en el acto de celebración del primer aniversario de las elecciones que lo llevó al cargo, como candidato del Partido Colorado. En dicha oportunidad, dijo que no vaciló en denunciar ante la justicia los graves y numerosos hechos de corrupción ocurridos, que se habrían registrado durante administraciones anteriores, señalando que decenas de expedientes judiciales abiertos después de agosto de 2013 lo testimonian.-

 

En la misma oportunidad denunció que dichos procesos son un verdadero monumento a las chicanas y a los artilugios dilatorios”, y concluyó el punto con un reclamo dirigido al Poder Judicial y al Ministerio Público. Ellos tienen la palabra, dijo.-

 

El Presidente debe saber, que el Poder Judicial y el Ministerio Público han tenido un periodo de elocuencia jurídica luego del advenimiento de la democracia en nuestro país. Periodo que duró aproximadamente diez años, durante los cuales se evidenció la voluntad política de construir un sistema judicial eficiente y moderno.-

 

Se dictaron las leyes necesarias cubrir los cargos creados por la Constitución de 1992. Se puso en funcionamiento el Consejo de la Magistratura, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y se designaron a los nuevos miembros del Poder Judicial.-

 

Se pusieron en vigencia el nuevo Código Penal, el Procesal Penal y la Ley Orgánica del Ministerio Público, que representaban la adopción de un sistema vanguardista de administración de la justicia penal.-

 

Sin embargo, desacertadas decisiones, provocaron nuevamente la sectorización del sistema judicial, y todo el esfuerzo puesto durante el periodo inicial de nada sirvió. El sistema fracasó. El Poder Judicial y el Ministerio Público nuevamente se llamaron a silencio.-

 

El homicidio del Vicepresidente de la República, y los jóvenes manifestantes de marzo del ´99, constituyen los primeros hitos de la impunidad que se volvió a instalar en nuestro país, y a partir de entonces, nada debiera sorprendernos.-

 

Poco más de un año después, se produjo un levantamiento militar que llegó a transmitirse por los canales de televisión, haciéndonos espectadores y testigos de un vehículo blindado disparando contra la sede del Congreso, pero nadie vio a sus responsables purgando condena. El Poder Judicial y el Ministerio Público tenían la palabra, y se mantuvieron en silencio.-

 

El año 2007 fue testigo de un hecho insólito, la Corte Suprema de Justicia dejó sin efecto la condena a impuesta a Lino Oviedo por los hechos de abril de 1996, alegando la existencia de vicios que determinaban la nulidad del proceso y la sentencia, a pesar de que – antes – había actuado como Tribunal de Apelación, confirmando esa misma condena, como lo hizo en las reiteradas ocasiones en que se solicitó su revisión, y sin importarle – tampoco – que el juicio y la sentencia, habían pasado el examen al que fuera sometido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.-

 

Quizás, muchos otros hechos importantes y que merezcan mención, no son recordados en esta oportunidad, pero los señalados constituyen hechos graves y representativos en la vida institucional de nuestro país, respecto de los cuales el Poder Judicial y el Ministerio Público han guardado vergonzoso silencio.-

 

Es hora de que el Presidente de la República, y los demás actores políticos que tienen a su cargo la conducción nacional retomen la tarea de construir un sistema judicial eficiente, honesto y republicano, de lo contrario es previsible que los casos de corrupción a los que aludió el Jefe del Ejecutivo en la celebración del aniversario de su elección, sigan la misma suerte que los casos mencionados precedentemente, al igual que el de las 160 toneladas de azúcar de contrabando, o del queso podrido, en los cuales, todo parece indicar que el Poder Judicial y el Ministerio Público, no tienen la palabra.-

 

jorge rubén vasconsellos